Transpirenaica 09

Tras cumplir los objetivos marcados por el capitán de viaje Gonzalo que consistían en tener el carné, la moto y algo de experiencia en conducir por todo tipo de terrenos con la moto… nos decidimos a sacarle provecho a los días que teníamos asignados para vacaciones.

 

Nos ponemos por objetivo realizar la ruta que el previamente había realizado el verano pasado con su anterior moto y la única compañía de su hermano.

 

La fecha elegida para la salida era el jueves 7 de Mayo. Quedamos en el punto indicado a las 6 y media de la mañana pero entre unas cosas y otras no salimos hasta las 7.

 

Ponemos destino a Llançà en la costa mediterránea de Gerona muy cerca de Francia. Empezamos a hacer kilómetros y al poco tiempo vemos que mi GPS no cargaba…un desastre. Íbamos a ir todo el viaje solo con uno con lo que “obligábamos” a que toda la navegación recayera sobre Gonzalo.

 

Tras varias paradas en el camino para repostar, tras ver el amanecer mientras conduces la moto y tras reponer fuerzas en forma de barritas energéticas pasamos Tarragona, Barcelona y Gerona… por fin estamos en Llançà. 500 Km. que nos dejaron el culo plano de 100% autopista en estado puro.

 

Comemos y nos hacemos una mini siesta y tras hacernos la foto de rigor, enfilamos la Transpirenaica pura y dura.

 

Empezamos en el mismo pueblo de Llançà cogiendo una pista que salía del mismo pueblo, pasamos por una ermita medieval y seguimos por pistas muy amplias y limpias en dirección La Junquera, Con mucho calor seguimos haciendo kilómetros. Pasamos por una pista de uso militar con unos badenes que hicieron la delicia de la KLR de Gonzalo… menudos saltitos se marcó el chico…

 

A media tarde poníamos final a nuestra primera jornada de transpirenaica. En la población de Darnius donde se encuentra el pantano de Boadella. Poco a poco vamos comentando la jornada, lo visto, las sensaciones y todo lo que ha sucedido. Como quien no quiere la cosa, se nos hace de noche. Plantamos la tienda, sacamos los hornillos y la cena. Nos espera una noche con un poco de agua y una temperatura genial.

 

Amanecemos con la compañía de unos franceses que llegaron mas tarde que nosotros en una autocaravana. Recogemos y seguimos ruta. No sin antes tomar fuerzas...

 

Pistas con mucha piedra y  los primeros verdes del viaje. Algún mini vadeo pero mucho polvo, desfiladeros y cañones, caminos y mucho pueblo con reminiscencias medievales de los siglos XII – XV como Sant Llorenç de la Muga donde aprovechamos para recoger agua. Continuamos por pistas muy cómodas para ir de pie en la moto y con el gas a fondo. Las motos no se quejan y se tragan todo lo que les echemos. Pasamos por cerca de Olot, Ripoll, la Estación de esquí de La Molina donde ya pudimos ver las primeras nieves aunque aun nos quedaban lejos para las pistas que estábamos transitando.

 

Se nos echa la tarde encima y sin darnos cuenta hemos avanzado un día sobre lo previsto. Buscamos un camping desde La Molina y cuando estamos en Puigcerdà decidimos que viendo por donde transcurre la ruta y viendo la nieve que aun queda por las montañas lo mejor y más sensato es poner dirección Andorra y cerrar la jornada. Dicho y hecho, nos creemos que tenemos cada uno una R6 y como si nada llegamos a  Andorra. Llegamos al camping tras pasar la “frontera”. Junto a la parcela que se nos ha asignado tenemos unos amables ingleses que se interesan por nuestro viaje. Intercambiamos los emails para poder pasarnos fotos de nuestras rutas y no perder el contacto. Sus motos nos dejaron impresionados, una era una BMW 1150 GS, de trail pero adaptada para que fuera con un sidecar y la otra SUZUKI BanditS 1000 convertida en un triciclo al más puro estilo Harley. Tenían pinta de muy cómodas sobre todo al observa que la Suzuki tenia como protector del asiento una piel de oveja... estos ingleses tienen unas cosas….

 

Cenamos en el Mc Donald´s un ligero atracón de “carne” y nos vamos a dormir que al día siguiente nos esperaba uno de los platos fuertes del viaje. Tor. Amanecemos pronto y nos vamos hacia el norte de Andorra buscando la pista. Cuando estamos repostando para ir con tanque lleno Gonzalo decide hablar con un chico que había repostando con una moto de campo interesándose por la pista de Tor. Le dice que estaba imposible. Que ni los 4x4 pueden pasar aun por la nieve… total que abortamos el viaje por Tor y ya que nos iba a sobrar tiempo paramos en las tiendas moteras y nos agenciamos algo de equipo. Unos guantes y un chubasquero Gon y yo unos pantalones menos asfálticos y unas protecciones de rodilla y espinillas.

 

Salimos de Andorra por donde entramos no sin antes ser el foco de atención de algunos Policías Nacionales que se interesaron por nuestras motos, el equipo y el viaje que estábamos haciendo..(Venga los del Dakar… que pasén!!) Bajamos hasta La Seu D´urgell y cogemos una carretera comarcal muy muy comarcal buscando la pista correcta que nos llevara hasta el Pont de Suert ya en el límite de Cataluña con Aragón. Pasamos por una ermita conocida por Gon de la vez que hicieron la ruta de los Contrabandistas en coche, entramos ya en el bosque, mucha pista de muy buena calidad y algún que otro viajero de fin de semana.

 

Pasamos por pueblos de los que literalmente son de 4 personas y enfilamos la pista que nos llevaría hacia el Valle de Arestui. Nuestra altitud comenzaba a aumentar de nuevo y los miedos a que las nieves aparecieran se hacían más que palpables aunque no queríamos creérnoslo hasta que por causas del destino nos volvimos premoniciosos… una moto de nieve esperaba el próximo invierno en la cuneta de la pista que estábamos transitando. No nos lo creíamos, no sabíamos si era una broma o qué pero como buenos “tocalotodos” intentamos ponerla en marcha pero no pudimos a pesar de que tenía las llaves puestas gasolina y todo al parecer en buen estado.

 Reanudamos la marcha y tras varias observaciones al Pirineo que teníamos a nuestro alrededor, nos encontramos con lo que temíamos… la nieve.

 

Aquí tuvimos el primero susto serio del viaje. La moto cabía muy muy justa entre el desfiladero y la nieve pero intentamos pasar y lo conseguimos no sin antes maldecir un poco al ver que la atrevida KLR se empezaba a escurrir por no traccionar bien … la sujeto yo haciendo contrapeso y Gon le sigue dando gas hasta que pasamos, bien ahora me toca a mi…. Con maña y sabiendo lo que teníamos que hacer ahora, la pasamos y seguimos pista hasta que para nuestra desgracia…. la nieve hizo acto de presencia. Esta vez probamos con mi XT y su cubrecárter en forma de quitanieves y paso el escollo. Decidimos que me adentre en la pista y vea si esta practicable o si en cambio vamos a tener problemas de color blanco…. Antes lo decimos y antes aparece… un tramo de más de 300 metros de nieve en la que te hundías hasta las rodillas…. Debieron oírse nuestros perjurios a muchos kilómetros a la redonda y con cara de resignación damos la vuelta. Pasamos por el desfiladero por el que la KLR casi dice adiós y pasamos por la moto de nieve no sin antes pensar por dentro… si estabas aquí era por algo eh!!!

 

Cogemos carretera y tras reponer fuerzas en forma de amigables barritas ponemos destino al Pont de Suert. El camping nos esperaba y las lluvias también. Salvo la primera noche no habíamos tenido lluvias así que la aceptamos de buen agrado porque iba a significar una noche calida

 

Cenamos viendo llover desde el bungalow de enfrente a nuestro campamento unos tallarines de sobre, pan, salchichones varios y un café y colacao para dormir calentitos….

 

Amanecemos con las motos mojadas y la tienda empapada… deberíamos pensar en poner las piquetas y tensar bien las próximas noches.

 

Ponemos dirección a Castejón de Sos por pistas que pasan por Bonanza, Estés de Arriba y Estés de Abajo, Las Paules (si pasáis por aquí tened en cuenta que el monte es de uso y disfrute del pueblo y debéis pedir permiso para transitar por allí, nosotros cogimos carretera para no perder tiempo y no jugárnosla con problemas legales), San Martín de Veri (donde el Agua de Veri) y tras perdernos un poco más al no saber enlazar el track, bajamos a la nacional y propongo coger una pista que conozco yo de toda la vida que enlaza con el Valle de Benasque y el Valle de Plan que nos vendría muy bien para continuar hacia Ainsa – Jaca.

 

Preguntamos en el pueblo por la viabilidad de la pista y nos dicen que “sin problemas, ayer mismo bajaron 2 jeeps de allí y sin problemas”… bien pues convencidos de que iba a ser un éxito coger esta pista, empezamos a trazar kilómetros y a mitad subida de pista, le preguntamos a unos que bajaban con un jimny, amablemente nos dicen que ellos se acababan de dar la vuelta porque había un alud que cubría la pista y no se podía pasar… de nuevo con caras de decepción ponemos rumbo a la nacional y por el Congosto de Ventamillo vamos en dirección a Ainsa y Boltaña donde de nuevo íbamos a coger la pista marrón. A lo tonto habíamos adelantado otro día de lo previsto.

 

Llegamos a Asa y recordando las fotos del año pasado rezamos para no tener mucho problema de agua, barro y/o nieve… Murphy y sus leyes no se equivocaron, el barro y el agua fue la tónica del día hasta el punto de clamar en ciertos momentos de que si habíamos cometido algún pecado ya habíamos pagado bastante penitencia con tanto barro y agua. 

 

Pasamos por una zona muy especial, en la que el camino se veía invadido por el río. Tras estudiar el paso a seguir Gon empieza a trazar el camino, tras una parada a mitad para coger aire y replantear la situación continua hasta el final del tramo y llega al final con la adrenalina que se le salía por los poros… un éxito!!!

Ahora era mi turno, y tras cruzar los dedos para no caerme por el camino, empiezo a hacer camino y al igual que Gon, paro a retrazar mi camino y sigo no sin antes encallar sobre una piedra que no esperaba. Saco la moto del atolladero y enfilo hacia tierra seca!!

 

Lo habíamos conseguido, la adrenalina nos salía a los dos por todos lados y ya estábamos deseando acabar y llegar al final de la ruta cuando convencidos de que no quedarían mucho para acabar …. Nos vimos metidos en una pista con mas de 30 Km. de barro y agua que nos hizo sudar lo que no esta escrito. 

Temíamos por las motos, las maletas y nosotros mismos pero muy valientes nosotros fuimos recorriendo todo el track hasta que yo que iba delante aviso por radio a Gon de que había gente en el camino. Seguimos con cuidado para no alterar el paso de ésta gente y cual fue nuestra sorpresa que empezaron a animarnos como locos y dándonos aliento para la cuesta que estábamos afrontando… cuando llegamos a su altura, nos paramos, hablamos con ellos, les comentamos como estaba la ruta y se hicieron unas fotos con nosotros… a los pocos metros de ahí se me enciende la reserva y decidimos replantear el final del día mientras poníamos el mundo bajo nuestros pies. Aun lado Panticosa y Bisecas y al otro Sabiñanigo y Jaca.

 

Reponemos fuerzas y bajamos a Sabiñanigo para repostar y poner destino a Jaca donde nos esperaban los primeros pinchitos del viaje.

 

Llegamos a Jaca y en vez de una calida y apacible tarde como deseábamos nos recibe una tromba de agua al estilo “fin del mundo”. Decidimos dejar la tienda en paz por una noche y alquilar una habitación junto al camping. Lo de habitación es por decir algo… porque vamos… la calidad salvo por las sabanas… brillaba por su ausencia. Aunque bueno solo íbamos a dormir así que no pedíamos más que una cama y una ducha y ahí lo teníamos.

 

Fuimos ya vestidos de civil a Jaca y tras unas fotos por la ciudadela y lo viejo vamos a la caza del pincho perdido y ya que estábamos, la croqueta las cervezas, el vino, las alitas de pollo y unos flamenquines… mel de romer oiga!!!

 

Al día siguiente ya con fuerzas renovadas, desayunamos en el bar de debajo de la habitación y vamos rumbo a Navarra y Francia. 

Salimos hacia el norte de Jaca en dirección Aisa, Jasa y Echo pero nos toco dejar la pista por el asfalto ya que estaba cerrado con una valla la pista que pensábamos usar así que nada, carretera hasta Ansó  pero como todo en esta vida no viene solo, la única carretera que unía Echo y Ansó estaba de obras haciendo un túnel que casualmente está al final de la carretera. Intentamos hablar con los obreros del túnel para ver si nos dejan pasar por la obra, nos lo deniegan y decidimos retroceder 50 Km. hasta Puente la Reina y ahí enlazar por Berdún y llegar a Ansó.

 Tras unas fotos en un desfiladero y unos buitres que allí anidaban seguimos con destino a Navarra y Francia pasando por el mirador de Pikatua a casi 3000 metros de altitud y bordeando la Selva de Iratí.

 

Tras las correspondientes entradas y salidas de España y Francia y varias fotos vamos entiendo porque a un bosque lo llaman Selva… había puntos en los que no se veía entre los árboles ni el cielo ni el suelo de tanta vegetación que había. Por esta zona vimos algún ciervo joven que no hacían mas que asombrarnos mas en nuestro camino ya de por si maravilloso.

 

Tras unas cuantas pistas por Francia y tras conducir por una pista que literalmente iba por encima de la línea imaginaria de la frontera volvemos a entrar a España por el pantano de Irabiako tras desistir en ir a poner gasolina a un pueblo que había indicado en Francia que nunca encontramos, “Saint Joan de Puahg” o como realmente se llamaba Saint Jean Pied de Port. Ponemos gasolina en un pueblo cercano y llegamos a Roncesvalles por una pista que aun nos hizo coger un poco de barro navarro en las motos (ya teníamos barro catalán, andorrano y aragonés) y disfrutar un poco del trail, donde nos hacemos pasar por caminantes en forma de moteros y hacemos las típicas fotos de los caminantes del Camino de Santiago.

 

Llegamos al camping y tras la ducha vino la lluvia... ésta vez no pudimos usar un bungalow cercano, tocaba cenar dentro de la tienda cosa un tanto difícil cuando juegas con gas, fuego, agua caliente, leche…. Al final cenamos como reyes unas lentejas de bote y unos tallarines y de postre a falta de un flan con nata, un colacao y un café. Mañana será el último día de trail

 

Amanecemos con mucha ilusión de llegar al final de nuestro viaje y ver de nuevo el mar, ver a nuestros amigos en Irún y San Sebastán.

A los pocos kilómetros de Roncesvalles nos vemos metidos de nuevo en pistas que discurren entre España y Francia y en uno de los picos que coronamos con las motos conseguimos intuir lo que era el Cantábrico entre una espesa bruma… debió ser gracioso vernos dando saltos junto a las motos, abrazándonos y pensando que ya no quedaba nada para la playa de Hondarribia.

 

 Retomamos las motos y seguimos hasta que el track en cierto punto nos metía por una senda asi que decidimos tirar de intuición y probar suerte por Francia en dirección Oeste. A lo tonto estábamos yendo en dirección Bayona así que cogimos el Tomtom y pusimos destino a Hondarribia… el viaje acababa…

 

Entramos en Saint Jean de Luz y en 5 minutos estábamos cruzando Irún con el brazo en alto y buscando ya los kilómetros escasos que hay hasta Hondarribia.

La entrada a Hondarribia fue igual que la que hacen los pilotos del Dakar cuando llegan al lago Rosa de Dakar… de pie sobre la moto y con una sonrisa que se salía del casco…

 

Paramos frente a la playa, respiramos y no tardamos ni un segundo en abrazarnos y empezar a reír como niños por haber conseguido el reto planteado.

 

Tras unas fotos y llamadas de rigor a amigos, familia y patrocinador decidimos subir al camping del Faro y plantar la tienda y tomar la ultima ducha.

 

Quedamos con Agur y Raúl unos amigos míos de Irún que nos llevaron hasta San Sebastián donde con la compañía de Jano fuimos de pintxos y sidras – birras. Éramos como niños con zapatos nuevos. Atardecer en la concha y muy buen rollo.

 

Por la noche en la vuelta al camping nos tomamos un patxaran de rigor en la playa poniendo ya destino al próximo gran viaje.

 

Al día siguiente recogimos la tienda las maletas y pusimos ya destino a Pamplona donde Bondi nos esperaba con los pintxos abiertos… digo con los brazos. Comimos un pintxo en cada terraza y tras una despedida y un buen feliz final de viaje enfilamos las motos a Valencia por autovía.

 

Tras 2.465 Km. por asfalto, tierra, barro, agua, nieve y pistas vírgenes, tras 3 países (España, Andorra y Francia), tras 5 comunidades autónomas, (Valencia, Cataluña, Aragón, Navarra y País Vasco), un litro de aceite (para la KLR jajajaja), 128 litros de gasolina y 350 euros entre campings, comida, peajes y gasolina puedo concluir que ha sido una de las mejores experiencias que he vivido en mucho mucho tiempo. Tenía mis miedos sobre el viajar en moto y más por montaña pero se han desvanecido todos. Lo que importa para un viaje es tener una montura, un destino y buena compañía, el resto vendrá y se superará sólo. He aprendido a vivir con lo necesaria y desechar lo innecesario, disfrutar cada momento y respirar sintiéndote libre… una pena que el lunes siguiente haya que volver a la rutina.

 

El trail no ha muerto.

 

Gracias Gon por el viaje y la compañía.

El Team Valauto